Impartido por: María del Carmen González, Suleidys Álvarez Albejales, Ariel Palli Miranda, Orlando Inclán Castañeda
Intentamos que los adolescentes conozcan la ciudad donde viven, se identifiquen con los elementos arquitectónicos, sepan de las historias de su barrio», argumenta el arquitecto Orlando Inclán, organizador principal del taller. «A la vez queremos que descubran un poco de qué trata la profesión, porque esto los puede sensibilizar con su arquitectura y servir de orientación vocacional. Están en una edad en la que algunos pueden decidir si tienen intereses para estudiar diseño, arquitectura o urbanismo», agrega.
Una guagua los llevó hasta el Cementerio Colón y allí conocieron la historia de la ciudad desde los monumentos funerarios. «Comenzamos hablando de San Isidro, de sus valores, después nos extendimos al Centro Histórico y luego, a toda La Habana. Hemos ido creando un universo en el que les hablamos de qué pasa en otras ciudades del mundo para que vean las similitudes y diferencias que generan las arquitecturas», apunta Inclán. Este no es un taller de interiores, los estudiantes han aprendido haciendo y andando. «Caminamos la ciudad para identificar en las calles cada uno de los elementos dados en el taller. O sea, recorrimos los caminos que ellos toman diariamente, pero los vimos con otros ojos, otra visión. Enseñarlos a observar la ciudad fue el objetivo fundamental», finaliza el profesor
