MÁXIMA Gallery: La gestión privada de arte cubano en tiempos de incertidumbre

Cortesía de galería MAXIMA

Por: Karla Ochoa Verdecia

En tiempos en los que la gestión promocional y el mercado de arte contemporáneo cubano se hace cada día más inestable debido a la crisis sanitaria, económica y política, uno pensaría que el modelo tradicional de galería está prácticamente destinado a desaparecer. Cuando de repente nos golpea el boom del NFT, y la noticia de un gift comercializado en 3 millones de dólares, cualquiera podría asegurar que la pintura está cumpliendo un ciclo y con ella los espacios físicos y clásicos de exhibición.

Muy por el contrario, soy del tipo de persona romántica que prefiere creer en la heterogeneidad comercial del arte y la perfecta coexistencia de formatos y espacios dentro del circuito artístico. Tanto jóvenes creadores como grandes de la plástica cubana demuestran día a día que se puede realizar arte contemporáneo a través de la pintura y a su vez plasmar el espíritu crítico generacional que los caracteriza. Es precisamente de esta manera como el estudio – taller privado Máxima percibe a los artistas que encierran su nómina, para nada despreciable. Apuesta por artistas cubanos actuantes que se desenvuelven sobre todo en el ámbito de la pintura figurativa y que poseen una trayectoria que los respalda nacional e internacionalmente, hasta el punto de considerarlos consagrados en el arte cubano.

Cortesía de galería MAXIMA

Inaugurado el 11 de abril de 2019, empleó la cobertura de la 13 Bienal de la Habana para lanzar un proyecto que, siendo un espacio alternativo, contiene a los más importantes artistas de la plástica cubana, del calibre de Pedro Pablo Oliva, Fabelo y Mendive, por solo citar algunos. Un proyecto en el que, además, se sumaron desde sus inicios críticos como Nelson Herrera Ysla, Caridad Blanco y David Mateo. Ante semejantes personalidades involucradas, una trayectoria que incluye varias exposiciones, conferencias magistrales, talleres infantiles de pintura y una nómina que goza una fortuna crítica gigantesca con obras dentro de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes, a veces cuesta creer que la galería tiene tan solo dos años de fundada. Sin embargo, con solo conversar una tarde con su directora, Yaiset Ramírez, se percibe el espíritu emprendedor millenal de quien se encuentra siempre abierto a poner en prácticas nuevas ideas y colaboraciones con todo aquel que tenga algo novísimo que ofrecer.  

Máxima se abre a la gestión del arte en un momento también crítico para la economía nacional y lo hace con la valentía y el rigor que solo un verdadero amante y promotor de nuestro arte podría hacerlo. Y es que quienes desarrollan la titánica empresa de la gestión privada de arte cubano se enfrentan a la difícil circunstancia de trabajar en un mercado completamente sui géneris. Para nadie es secreto que los principales compradores del arte cubano son extranjeros la mayoría procedentes de Estados Unidos, España y Francia, por lo que no existe una puja nacional que circule las obras dentro del país. Es ahí que Yaiset Ramírez, quien es además coleccionista, apuesta por estimular el mercado primario y secundario dentro de Cuba y con compradores cubanos.

Cortesía de galería MAXIMA

Narra que en once años de trabajo como art dealer siempre soñó con tener su propio espacio y poder exponer las piezas que estética y conceptualmente la marcaron en su trayectoria laboral. Muchas de las obras forman parte de su colección privada y son seleccionadas para formar parte del catálogo bajo un criterio curatorial que busca representar a Cuba desde la mirada individual de artistas que reconfiguran imaginarios colectivos sobre la historia de un país convulso a la par que mágico. Consigue así una combinación perfecta entre una generación de artistas consagrados y jóvenes talentosos con una carrera prometedora.

Es evidente que gran parte de su éxito se debe a la nómina, no obstante, llamo la atención sobre la gestión promocional de galeristas y comunicadores que forman parte del pequeño grupo de trabajo de Máxima. Desde sus comienzos buscaron crear canales efectivos de comunicación con sus públicos a través de las redes sociales gracias a los cuales se mantuvieron activos durante los duros meses de Cuarentena y que aún continúan utilizando para desarrollar estrategias que, si bien no son suficientes para sustentar las estructuras de venta y exhibición de arte, consiguen fidelizar al público nacional e internacional. Dentro de las acciones de comunicación de mayor consumo destaca la serie de entrevistas publicadas en su canal de Youtube. Como una ventana hacia el exterior, ha servido de puente entre artistas y espectadores, brindándonos la posibilidad de conocer las más recientes piezas de creadores que no dejaron de producir durante la Pandemia. La función promocional de cara al mercado se fusiona con el propósito de exhibir, ante todo, un verdadero arte cubano cargado de belleza estética, crítica social, costumbrismo y símbolos que forman parte indisoluble de nuestra identidad.

En momentos de gran incertidumbre económica, agravado por recientes políticas que nos impide el natural desarrollo de las industrias culturales, la galería Máxima, conjunto a otros espacios alternativos, se erige como una variante necesaria para la promoción y comercialización de nuestro arte. Demostraron en muy poco tiempo la absoluta eficacia de la distribución de arte y la inmensa aceptación por el público capitalino. Tanto artistas como especialistas reconocemos la importante gestión de estos espacios que aún no cuentan con la total aprobación por parte de las leyes gestoras de la economía nacional. Y es que la industria cultural compone un engranaje que va mucho más allá de los artistas. Galeristas, críticos, curadores, editores, investigadores, comunicadores, montadores, entre otros, necesitamos de los beneficios monetarios que el arte genera para subsistir. Gracias a los proyectos privados, el arte consigue distribuirse con muchísima más facilidad y llegar a más personas, que es uno de sus principales cometidos.

Cortesía de galería MAXIMA

Espacios como estos apuestan ante todo por resaltar nuestros valores culturales ya que, a pesar de los múltiples traspiés, continúan trabajando con muchísima fuerza para que el arte cubano llegue a los circuitos artísticos más importantes del mundo y con el precio que se merece. Por todo esto creo que la total inclusión del sector privado en el arte cubano es el único camino para relanzar nuestra industria cultural luego de la enorme crisis post-pandémica que se nos avecina, si es que ya no está aquí. Siempre que haya un grupo de personas que apuesten por el arte producido en Cuba (un arte que personalmente amo) tendremos la esperanza de un futuro favorable para todos los que pertenecemos al entramado de las artes visuales.

Todavía es muy pronto para asegurarlo, pero como ya dije anteriormente, soy una romántica optimista que quiere creer en una próxima reconciliación entre el sector estatal y el privado. Si es así, la galería Máxima es uno de esos lugares que siempre tendrá espacio para mostrar lo más novedoso del arte cubano con el excelente gusto estético que ya la caracteriza. 

7 comentarios en «MÁXIMA Gallery: La gestión privada de arte cubano en tiempos de incertidumbre»

  1. César Leal Jiménez

    ¿Qué deben hacer los artistas para vincularse a la galería? ¿Ustedes los eligen o todos tenemos la posibilidad de exponer en ésta?

    1. Jorge Peré, curador de GTG

      Hola amigo. Como puede notar el artículo se refiere a la gestión de Galeria MAXIMA, de ahí que las políticas de trabajo de ese espacio no las tengamos en pleno conocimiento. Podría usted buscar en la red los contactos de esa galería e interrogarla directamente.
      Si, en cambio, se refiere usted a GTG, solemos recibir proyectos expositivos que evaluamos entre el equipo de trabajo. Saludos.

  2. Saludos. Estoy interesada en conocer si esta galería da oportunidad también a los pintores autodidactas sin el carne del Registro del Creador. Agradecida por su atención.

    1. Marcos Herrera, Encargado de Proyectos y Desarrollo de Galería Taller Gorría

      Hola! GTG siempre ha sido un espacio abierto a todas las colaboraciones. Estaremos encantad@s de recibir cualquier propuesta que considere pertinente a nuestro correo. Saludos y gracias por escribir!

  3. Buenas noches. Me gustaría conocer de qué manera GTG mantuvo su gestión de promoción y ventas durante el periodo pandémico. ¿Y desde qué año funciona este espacio? Saludos.

  4. Estimada Dama : Nilda Bouzo,

    Tengo el placer de dirigirme a usted, para reconocer su , Dios dado talento de sasonar nuestras amarguras y asi hacerlas tolerables, atravez de su extraordinariamente hermoso arte.

    Por tal, me quito mi sombrero y le digo GRACIAS NILDA.

    Para Que sepa usted , mi nombre es Gustavo, soy argentino, auntie he vivido aqui en Australia desde Los 16 aṉos de edad, pronto cumplire ( si Dios quiere) 52 anos. Estoy casado con con una dama Filipina. Soy muy feliz con ella y siguiendo juntos a nuestro Seṉor JesuCristo.

    Su arte en un video de YouTube, a remontado mi memoria como un barrilete decendiendo a la falda de mi Madre, que hace unos anios, como dice Gardel en unos de sus Tangos, “ en un suspiro el Todopoderoso me la llevo “.

    Ella amaba pintar, amaba los colores, el sol, y su alegre musica Cubana.

    Por estas razones me gustaria comprarle algunos de sus obras maestras para sumergirme en sus coloridas y brillante combinaciones artistica que por lo que pude alcanzar a ver , usted inspira y expande la mente humana.

    Si usted quisiera contactarme, aqui le envio junto a mis simples uniones de letras llamadas palabras mi correo electronico nuevo y le respondere lo antes posible.

    Sinceramente,
    Gustavo Villanueva.

  5. Antonio Arias Rodríguez

    En recorrido por las redes y La Habana, mi hijo Marcos Arias Quian, artista visual y yo, llegamos a Máxima Gallery y tuvimos la oportunidad de apreciar una bella muestra «Retratos Invisibles» y ser recibidos por una joven encantadora que nos acercó con detalles al objetivo básico y auténtico de este proyecto.
    Con toda sinceridad podemos expresar que es una galería de verdadero lujo, muy atinada para visualizar desde el entorno cubano e internacional las obras de los artistas visuales consagrdos y emergentes.
    Sin lugar a dudas, los minutos de encuentro con la galerista demostraron que los sueños se pueden hacer realidad. Acercándonos a Carpentier, podemos decir que la visita fue real y maravillosa. Ojalá proyectos como este se multipliquen con todos y para todos.

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